Ya en el anterior artículo mencioné algunas maneras en las que me encargo de la escritura libre de distracciones. Quizá me faltó un viejo programa favorito de muchos: GNU Nano.
Y bueno, nano no es mi editor de texto favorito. Está por default en la mayoría de las distribuciones Linux existentes. Y es un editor que recomienda una gran mayoría de las personas que se enfocan en enseñarle a los usuarios principiantes. Y también hay bastantes usuarios de Linux que si no tienen de otra que trabajar en la terminal prefieren Nano por encima de Vim. Es un programa con atajos de teclado similares a los de Emacs, aunque no son los mismos.
Sin embargo, nano es lo más parecido que he visto en terminal al funcionamiento que muestran del programa Wordstar 4, que es el que usa George R.R. Martin para escribir sus libros. Muestra en la barra de estado la mayoría de los comandos más útiles.
Se puede usar sin problema, aunque no es ni de cerca tan configurable ni adaptable como sí lo son emacs y Vim. Por lo cual, creo que no es la mejor opción. Pero conozco más de un entusiasta linuxero que pasa sus textos por nano, antes de darles formato en algún programa más avanzado.
El mayor defecto que le veo es el hecho de no poder ajustar las líneas de forma suave de una manera que no corte las palabras. Aunque eso ya es nitpicking. Sin embargo me parece que en algún caso de urgencia, y al no tener Vim o Emacs, podría ser una última opción.
Ahora sí, hablemos de los programas de interfaz gráfica.
Sí, ya sé que los procesadores de texto estándar no siempre cumplen con esa característica de estar libre de distracciones. Sin embargo, en writer podemos configurar la página para que esté en edición web. Lo cuál no nos limita al tamaño de la hoja, y puede hacer que el texto fluya un poco mejor.
Pero hay otra opción, que es el modo de pantalla completa, en el cual se puede editar el texto sin barras de herramientas que distraigan del texto que estemos redactando. No es la mejor opción, pero sí permite el objetivo principal de concentrarnos únicamente en el texto.
No es lo mío, pero sí que se puede utilizar.
Es el programa en el que estoy editando este guion. Y tengo que decir que me agrada bastante. Es un programa que usa temas que tienen imágenes de fondo, y encima colocan el buffer de texto. Hay un tema que es el que decidí utilizar, que es el old school, que me recuerda a mis formatos de edición sin distracción.
Cuenta con alarmas, temporizador. El temporizador puede ser utilizado para el método pomodoro, que consiste en tener un temporizador de 25 minutos en los cuales deberás escribir tanto como te sea posible, y periodos de descanso de 5 minutos. Esto permite escribir tanto como es posible si
Puedes crear sesiones en las que cargará otro archivo que puede usar un tema diferente.
Te muestra los días que llevas en racha. Desafortunadamente, este es el primer día que lo uso, y me muestra una racha de un día. Aunque por como me he sentido al escribir este texto aquí, es muy probable que se pueda convertir en mi programa de cabecera para creación de artículos y guiones. Se puede configurar para que considere un día completo el escribir durante cierto tiempo, o cierto número de palabras.
El único pero, que no lo es tanto, es que el formato de exportación por default es odt. El cual no es tan malo, pero no es mi favorito. También exporta en formato plano de odt xml (fodt), en formato docx, rtf y txt. Se puede decir que lo exporta listo para que le des formato en el procesador de palabras de tu preferencia. Aunque con pandoc queda más que listo para usarse en markdown o html.
Hablando de otro programa de edición de texto sin distracciones, tenemos a Ghostwriter. Un editor de texto markdown que no se queda atrás en cuanto a funcionalidad.
Permite ver en tiempo real como el texto toma formato. Y es que Markdown no es otra cosa que un lenguaje de marcado, como lo es HTML.
Y para ser honesto, no se requiere mucho más. Markdown es un formato que se puede exportar a muchos otros a través de pandoc.
¿Funciona para texto sin distracciones? Sí. Se pueden ocultar ambas barras. La de la izquierda que muestra el esquema del texto.
Esta barra puede servir si queremos definir un esqueleto o outlines. Lo cual puede hacer que definamos hacia donde queremos que vaya nuestro texto o historia, y simplemente llenamos con las acciones de los personaje.
Cuenta con modo claro y oscuro. Un modo libre de distracciones por default, que enfocará la frase que estemos editando.
Tiene también algo que ellos llaman el modo Hemingway que evita que borres tu texto. La idea tras este modo es que todas las ideas importan, y también es un poco para pensar qué es lo que se plasma en el texto. A manera de las antiguas máquinas de escribir.
En la barra inferior lleva un conteo de palabras, y en la barra lateral derecha, muestra el número de palabras, caracteres y oraciones que tiene el texto. Me agrada que incluso cuenta el número de palabras complejas y califica si el texto es fácil, estándar o difícil de leer. Son detalles que ayudan a revisar de manera simple la calidad del texto.
Otro detalle interesante, en el modo sin distracciones, Ghostwriter resalta una frase a la vez dentro del mismo párrafo. Bastante bien si la idea es centrarnos en el enunciado que estamos escribiendo.
Recibí otras recomendaciones adicionales como Typora o Zettler. Typora dificilmente tendré el tiempo de revisarlo, aparte de que es software propietario, y tiene un costo de $15 dólares. Pudiera ser que los valga, ya que es un editor que coloca el formato de markdown en automático. Pero si Ghostwriter te muestra tu texto formateado, creo que es un poco excesivo el precio de Typora.
En cuanto a zettlr, lo veo con buenas funcionalidades, pero está más enfocado en textos académicos, aunque también cuenta con un modo de enfoque.
Si me tengo que quedar con algún programa de interfaz gráfica, la verdad es que me gustaron mucho tanto focuswriter como ghostwriter. No puedo dejar de recomendarlos. Su uso es sumamente intuitivo, y probablemente sí van a formar parte del grupo de programas que uso para escribir mis artículos y guiones.
Si lo que buscas es un ambiente de trabajo personalizable (aunque de forma muy básica), focuswriter es para ti. Si lo que buscas es un editor sencillo y flexible que te otorgue varias opciones para exportación, ghostwriter es lo tuyo.